Mi madre colecciona discos de vinilo desde 1978. En 2013, me pidió que digitalizara su música. A continuación te cuento cómo pasé los vinilos a MP3 y cuánto más fácil será hacerlo en 2024.
El problema: audio analógico a digital para su conservación
Cuando mi madre me pidió que convirtiera su colección de música, le dije que lo haría, pensando: «¿Qué tan difícil puede ser?». La colección de vinilos de mi madre abarca décadas de música, y sabiendo que esos discos de vinilo podían dañarse con tanta facilidad, preservar esa música tenía sentido para mí. Por desgracia, no estaba segura al 100% de lo que supondría poner la música analógica en formato digital.
Los discos de vinilo producen sonido pasando una aguja hueca por los surcos del soporte. Esos surcos son ondas que la aguja recoge y acaba emitiendo a un altavoz. Los MP3, en cambio, utilizan un códec (codificador-decodificador) para recrear la música almacenada en el archivo de datos.
Cuando se pasa de un formato analógico como el vinilo a un formato digital como el MP3, siempre habrá alguna pérdida de datos. Al igual que ocurre al convertir cintas de casete a formatos digitales, al pasar de vinilo a MP3 no se almacenan todos los datos. Esto se debe a la forma en que los datos pasan de ondas a alturas y valles digitales. Los MP3 con bitrates más altos conservan más datos analógicos que los que tienen bitrates más bajos. Entonces, ¿cómo pasamos los datos del vinilo a un PC? Veamos lo que hice yo.
El método tradicional de conversión analógico-digital

El hardware que tenía era limitado. El tocadiscos de vinilo de mi madre me dio una pista sobre las herramientas que necesitaría para hacerlo. La salida podía ir a unos altavoces con cables pelados, pero también ofrecía una toma de salida RCA. Conseguir cables RCA a RCA era bastante fácil por aquel entonces, pero tenía otro problema. Mi tarjeta de sonido no tenía entrada RCA, pero sí una de 3,5 mm.
Tras una rápida visita a la tienda de electrónica local, encontré la última pieza del rompecabezas y monté mi artilugio para conectar la entrada de vinilo. Pensé que todo lo que tenía que hacer era poner en marcha el tocadiscos y enviar la entrada directamente a la tarjeta de sonido, que grabaría la música en formato MP3. Cualquiera que conozca la Ley de Murphy se daría cuenta rápidamente de que nunca es tan fácil como uno piensa.
Lo bueno es que los MP3 se grababan y la calidad no era mala, ya que utilizaba codificación de 192 bits. El problema eran los siempre presentes artefactos de fondo: los chasquidos y crujidos de un reproductor de vinilo. Tuve que investigar un poco en Internet.
Los chasquidos y crujidos son inevitables en la reproducción de vinilos. Sin embargo, había formas de evitarlos. En varios foros se mencionaban algunos métodos de pago para eliminar el ruido de fondo de la digitalización de vinilos. Como ya tenía instalado Soundforge de Sony, que incluía un complemento de restauración, decidí utilizarlo. Funcionó, en su mayor parte, aunque los chasquidos y chasquidos menos evidentes seguían presentes.
La configuración del hardware fue la siguiente:
- El tocadiscos de vinilo se conectaba a la tarjeta de sonido mediante un cable RCA a 3,5 mm.
- En el PC, una instancia abierta de Soundforge grababa la música entrante desde la clavija.
- Una vez terminada toda la cara del disco, ejecutaba el filtro de restauración en todo el archivo de audio.
- Convertiría la entrada WAV en MP3.
- A continuación, dividía cada archivo de audio en pistas individuales y las etiquetaba como correspondía.
Después de repasar todo eso, puedes ver que la velocidad de hacer esto fue mínima. Me llevó casi dos años de trabajo en mi tiempo libre terminar de convertir este material a un formato digital. Por suerte, no tienes que pasar por ese dolor de cabeza si intentas hacer esto hoy.
El método moderno de conversión de analógico a digital

En lugar de pasar por el arduo proceso de grabar material, convertirlo y limpiarlo, los usuarios modernos pueden utilizar varias opciones en su lugar:
- Giradiscos conectados por USB: Este hardware se ejecuta directamente en el PC y permite digitalizar los discos de vinilo sin filtros. Los giradiscos automáticos ni siquiera requieren que bajes la aguja.
- Giradiscos con convertidores analógico-digitales (ADC) conectados: Existen giradiscos con ADC, pero también puedes conseguir un ADC para conectar externamente a un giradiscos si prefieres tener más control.
- Smartphone: Si no te preocupa mucho la calidad final de tu música, grabar la salida de un altavoz en un smartphone es la forma más rápida y sucia de digitalizar tu música. Sin embargo, es gratis; con este método obtienes lo que pagas.
- Servicios profesionales de digitalización: Varias empresas ofrecen servicios de conversión para llevar el vinilo a la era digital, pero pueden ser caros y, si tienes una colección grande, te costará mucho digitalizarla.
El mejor método actual para digitalizar tu colección de vinilos es utilizar giradiscos que te permitan grabar y dividir automáticamente. Si necesitas hacer algún post-procesado, herramientas gratuitas como Audacity pueden ayudarte.
Era mucho peor en aquel entonces…
Al recordar el tiempo y el esfuerzo que dediqué a grabar y limpiar estos archivos de audio, me doy cuenta de lo lejos que hemos llegado en la conservación de datos. Hoy en día, hay varias formas de obtener la misma salida de alta calidad (y unas cuantas para obtener salida de baja calidad, también). Sin embargo, es mucho más fácil para alguien que quiere inmortalizar su colección de música. La digitalización no sólo preserva la música original, sino que también garantiza que el soporte físico no se dañe por el desgaste o el uso constante.
¿Lo volvería a hacer?
Si me hubieran preguntado esto dos años después de empezar el proyecto de digitalización, habría dicho que definitivamente no. Sin embargo, el tiempo te da tiempo para reflexionar. Aprendí mucho sobre formatos de archivo y filtros de audio. Eso encendió mi amor por la música e impulsó mi sed de obtener la mejor calidad de audio de mis dispositivos de música.
Hoy en día, cuando pongo algunos de esos viejos MP3 (sí, todavía los tengo), me traen una profunda nostalgia. La música sigue siendo estupenda, pero hay algo más. Saber que he conseguido salvar algo de la destrucción me hace darme cuenta de que la conservación es un objetivo que merece la pena. Y aprender cosas mientras lo hago es la cereza del pastel.